De ser duramente criticado en Chile a su gran gesto de compañerismo con Jon Sanz

Como seguro muchas veces habrás escuchado, el deporte es capaz de sacar la mejor y la peor versión de cada uno. En el caso del pádel, por supuesto, esto no iba a ser diferente. Es por esta razón que, a menudo, los torneos de World Padel Tour o de cualquier otra competición profesional nos dejan momentos que nos lo demuestran, como el protagonizado por Ale Galán y Jon Sanz hace unos días después de ser eliminados en semifinales del French Padel Open.

Ni siquiera hace falta que nos vayamos hasta el pádel profesional para ver cómo ocurre esto. Apuesto a que han sido más de una las veces que has vivido un cabreo en primera persona jugando alguno de tus partidos, ya sea de ti mismo, de tu compañero, o de alguno de tus rivales.

El pádel es capaz de sacar lo mejor y lo peor de cada uno

No todo es negativo, como ya hemos dicho. Ni mucho menos. El pádel, y en deporte en general, también nos regala escenas que demuestran un gran nivel de competitividad sana y de empatía, tanto dentro como fuera de la pista.

Algunos pequeños ejemplos de esto los podemos ver, sin ir más lejos, cuando fallamos algún punto fácil o que era clave para el partido. Nuestro compañero, o en el caso contrario, nosotros mismos, se acerca a nosotros y nos anima como puede. El típico “no pasa nada, la siguiente entra”.

Aunque también a veces nos encontramos ante otras situaciones que pueden dar lugar a más polémica. Imagina que estás jugando un torneo y tienes uno de tus peores días como jugador de pádel. O ni siquiera hace falta que lo sea, pero fallas tontamente la bola de partido en contra. No siempre esto tiene que generar un problema, muchas veces el compañero se acerca y nos consuela.

El ejemplo de compañerismo de Ale Galán con Jon Sanz

Criticado duramente tras lo ocurrido en la final del Chile Padel Open, Ale Galán tuvo que salir al frente para explicar su versión de los hechos. Nunca antes un fallo arbitral pudo costar tan caro a una pareja, hasta el punto de poder perder un partido. Muchos aficionados se ofuscaron con el jugador madrileño y su imagen fue dañada en las redes.

Sin embargo, pocas semanas más tarde, el español vuelve a ser noticia, aunque en esta ocasión por dar ejemplo. Ocurrió justo al terminar la primera de las semifinales masculinas del pasado Human French Padel Open. Tras un partido absolutamente agónico entre la dupla de Paquito Navarro y Fede Chingotto y la de Ale Galán y Jon Sanz, el navarro lideró toda la tensión acumulada al sentarse en el banco.

No demostró su mejor nivel Sanz sobre la moqueta azul en esa ocasión. Una vez se culminó la derrota, todo el público y los espectadores que estaban en sus casas pudieron ver el nivel de impotencia que el enfrentamiento le provocó.

El jugador zurdo liberó toda la presión emocional que había sentido durante el partido y su temporal compañero Galán, hasta que Juan Lebrón vuelva a competir, dio entonces un absoluto ejemplo de compañerismo.

Sustituir a uno de los mejores jugadores del mundo no es cualquier tontería y ambos lo saben. Tampoco lo es estar a la altura de Galán y ser capaz de dar el máximo de ti en cada partido. A esto se sumó que Sanz sufrió problemas musculares como consecuencia del desgaste físico de tantos torneos seguidos sin descanso.

Después de perder la oportunidad de plantarse en su primera final como pareja, Jon acabó hundido en el banco, con lágrimas de decepción, desahogo y, por qué no decirlo, rabia. En medio de ese despliegue emocional, Galán se acercó a él, se arrodilló, le escuchó y trató de consolarle y animarle.

Fundiéndose en un abrazo que demuestra la gran unión que han conseguido forzar, estos dos jugadores dieron un auténtico ejemplo de humanidad y compañerismo al mundo del deporte profesional.