Todo son risas y buen rollo durante un partido de pádel hasta que un punto acaba con una bola huevo. Es uno de los momentos que más dudas y discusiones provocan entre las parejas rivales y, por ello, vamos a contarte qué es y qué hacer cuando esto pasa.
Lo primero que debemos saber es qué es exactamente una ‘bola huevo’. Pues bien, este término se utiliza cuando la bola que viene de nuestros rivales es profunda y bota justo en el ángulo entre el cristal y la moqueta.
En esta situación, el debate parte de que, normalmente, no tenemos claro con qué parte de la pista ha impactado primero, si con el suelo o con la pared. Lo normal es que cada pareja tienda a interpretar esta bola como más le convenga y es ahí cuando empiezan las discusiones.
Si consultamos las reglas que rigen el pádel, podemos ver que este término viene recogido de manera específica e individual, para que a los jugadores no les quede ninguna duda de la interpretación que deben darle a este tipo de bola.
Lo que dice el reglamento en este sentido es que la bola es buena, pero concreta que pueden ocurrir dos situaciones: que salga un poco hacia arriba o que salga un poco más hacia abajo.
Al marcar una línea imaginaria de 45º en el ángulo formado por la intersección del cristal y el suelo, consideraríamos que es buena si sale ligeramente por encima de esa medida.
Si, por el contrario, saliera formando un ángulo inferior a los 45º, entonces la bola se tendría que cantar como mala, puesto que entendemos que el primer contacto ha sido con la pared.
La teoría está clara y sobre el papel todo parece muy fácil de interpretar. Sin embargo, durante el juego nos puede resultar muy complicado apreciar el bote y la dirección concreta que ha cogido la bola después de él, por eso es importante que tengamos en mente algunos trucos que nos ayuden, lo más posible, a reconocer si es buena o mala.
Teniendo en cuenta lo que refleja el reglamento, entendemos que esa bola habrá tocado antes el suelo si sale más hacia arriba, es decir, más vertical. Asimismo, si sale de manera más horizontal y hacia delante, suponemos que ha botado más en el cristal de fondo que en la moqueta, por lo que será mala.
A pesar de esto, la realidad no es tan sencilla, puesto que el efecto con el que efectúe su golpe el rival puede alterar todo esto.
No hay una ciencia exacta sobre la que podamos apoyarnos para interpretar correctamente estas bolas huevo, pero lo que sí está claro es que la mejor solución es repetir el punto en caso de duda y evitar entrar en innecesarias discusiones.
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